martes, 25 de junio de 2013
Yo, “the cleaning guy”
Igualito a mi, verdad? |
Cuando llegué estaba tal cual pajarito en grama, viendo hacia todos los
lados posibles e intentando entender el sistema, el proceso, la “cuestión”
australiana. Empezando porque tuve que reinventar mi resumen curricular para
enviarlo por correo o montarlo en los websites como Seek, CarierOne, etc., ya
que la manera de mostrar tus habilidades y destrezas es otro (y no es como te
lo pinta Viva En Australia, no
señor); también esas habilidades en cierta forma están por encima, no “donde”
estudiaste o trabajaste sino “que” aprendiste. Aunque parecía fácil de entrada,
no lo fue, tuve que hacer varias versiones hasta dar con la versión más aussie posible; igual eso no fue
suficiente, porque luego me entero que ese resumen debe adaptarse según el
puesto al cual estés postulándote, o sea, tu resumen curricular mutara más
veces que un Pokemon al punto que podrías comenzar a odiarlo, en serio!
(todavía no sé si el mío quedó como Pikachu, Charmander o el odiosito rosado
con el micrófono que dormía a todo el mundo cuando cantaba y luego le rayaba
las caras). Además de eso, el escuchar diferentes puntos de vista de los
locales como de los inmigrantes como yo sobre lo que debía o no hacer para
lograr una llamada y consecuente entrevista hasta cierto punto comenzó a
estresarme, los primeros dos meses me tenían angustiado. Fui a algunas empresas
a dejar el resumen personalmente, quienes si no estaban buscando personal te
decían con sinceridad y de manera respetuosa que no era necesario que lo
dejases (obviamente quede impactado por el civismo y practicidad); también envié
por correo el resumen a varias empresas y headhunters (caza-talentos) mis
distintas versiones: como Analista de Marketing, como Office Assistant, como
General Assistant…
Bueno, pero ya va!, llegué a un punto que me dio risa porque me dije
“puedes hacer otras cosas mientras tanto, ya lo has hecho antes!”. Sinceramente
uno en Venezuela se malacostumbra a buscar trabajo solo en lo que estudiaste y
da miedo explorar, claro, uno siempre quiere ir sobre seguro y
escudarse/soportarse en lo que aprendiste mal que bien en la universidad y
sacarle brillo a la paja de un título universitario, evitando así que alguna
empresa se aprovechara de tu novatada y quisiera “sacarte la chicha” (uy, ahora
que leo esa expresión me suena tan guarra/ordinaria, pero igual se queda). La
cuestión es que cuando está en esas encrucijadas vivenciales pues no queda más
que encomendarse a los poderes supremos posibles para que despejen en camino y
una idea os ilumine. Fue nada más pensar en eso y a los días conversando con el
que termino siendo mi actual jefe y pana, conseguí chamba como “cleaner”. Si,
servicio de limpieza, dirigido más que todo a las residencias clase media y
media alta de esta pequeña y prospera ciudad.
De buenas a primeras podría pensarse que es algo tipo doméstica, muchacha
de servicio (de la vida, jijiji), así improvisado, pero nada más lejos de la
realidad. En pocas palabras, es un servicio privado que ofrece mi jefe a manera
de empresa personal, donde según las necesidades del cliente va a cierta hora
del día y aspira, lava, seca y trapea todas las superficies posibles en un
tiempo determinado según el tamaño de la casa; antes lo hacía él solo con ayuda
ocasional, pero ahora le acompaño yo. Un promedio de 3 casas por día por 5 días
a la semana me dejan muchas veces extenuado (pero en forma). Puedo decir que mi
mente ha descansado y ahora puedo visualizar mejor los pasos a seguir en mi
carrera profesional y he podido hacer cursos y pensar en nuevos estudios
universitarios, porque obviamente este es un trabajo temporal; ya llevo 2 meses
en esto y no niego que me he divertido mucho, ya hasta puedo hacer un pequeño
libro sobre lo desordenados y hasta cochinos que pueden ser algunos de los
“nobles” de este terruño, como también lo afortunados que son por vivir en este
país y tener tantas oportunidades y no están lo suficientemente conscientes de
ello, lo puedo asegurar. Y lo más importante, tener este trabajo me ha salvado
de tener que depender que a CADIVI o cualquier otro medio que el gobiernito
aquel se le ocurra inventar me pase migajas de mis ahorros devaluados (ya, fue
el momento opositor del mes), porque si, con lo que gano no subsisto, vivo.
No quisiera que esta anécdota se tome como “vamos a botar el título a la
basura y hacer lo primero que se nos ocurra”, no, esto es más bien un ejemplo
de saber qué hacer y cómo hacerlo en momentos difíciles, donde debemos decidir
y sacarle provecho a todo y no quedarse a la espera de algo parecido a lo que hacías
en tu país, por aquello del que dirán; justamente uno de los valores de este país
que celebro es que tengas el trabajo que tengas se te tratara con respeto y
equidad, lo he sentido con los clientes hacia nosotros y la verdad que hay que
vivirlo para entenderlo.
Justo hace rato un pana aussie con el que tenía tiempo sin hablar me confiesa
que el proyecto que lo hizo mudarse de ciudad no resultó; cuando le dije que lo
sentía mucho, me respondió que ciertamente shits
happens y eso es una verdad suprema, como también es (lo que le dije)
“recuerda que esa mierda sirve de abono para el futuro”. Por ahora, seguiré
limpiando pocetas a velocidad crucero, mientras elaboro y planifico los
siguientes pasos para mi futuro, lo cual es un trabajo en sí mismo y es
fascinante.
Ci vediamo!,
JLGQ.
Etiquetas: Australia, Cleaner, Cleaning, Cronica Imprevista, Inmigrante, JLGQ, Limpieza, Migrant, Venezolano, Venezuelan
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