viernes, 14 de marzo de 2014

 

I read U














Yes, exactly,I'm talking to you,
gentleman with the beard,
hiding behind the smile
a thousand of dreams
painted with the life.

You know, I can read you
since three months ago,
like a fantasy book
where the little boys love
to watch through the wool
the rays of the sun.

Let me read you more,
you could paint me too
with the colours of the South
and the sound of your soul.

I can read you, only because
you can read me too.

J.

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martes, 11 de marzo de 2014

 

Diarios


Anoche mientras revisaba en los compartimientos de mi nuevo escritorio, estaba buscando un documento cuando por accidente encontré una bolsa, cuyo contenido es dos de mis diarios. Los escribí durante 2 épocas distintas de mi vida, siempre con la idea que algo podría usar de allí.

Tener un diario para un niño no es algo muy común, tampoco era algo que hiciera público, porque era algo privado, mío, donde me daba (y me doy) permiso de leerme. Cada vez que me los encuentro, tengo reacciones diversas, a veces me provoca jurungarlos y poner atención en los detalles, otras veces me hago el loco y ni los abro, quizás por temor a desatar algún sentimiento impredecible en mí.

01.10.1993-04.01.1996 / 02.12.1999-24.08.2005 / 07.01.2012-...
Algo muy curioso sobre ellos, mis diarios, es que a medida que los reviso en orden cronológico, me doy cuenta que en mis primeros intentos era muy tímido conmigo mismo, disfrazaba las cosas que quería decir. Imagino que es como verse en un espejo, y al saber el poder de la palabra sobre mí, pues me abrumaba saber todo lo que podía salir de mí, lo que podía contar, lo que podía crear. También hizo evidente los temores y fantasmas, los errores y los tropezones al caminar, como también la evolución de los sueños y anhelos. Tuve oficialmente tres, de los cuales solo sobrevivieron (al tiempo y al azar) dos; justamente lamento el que perdí porque fue de una época crucial, esa cuando por fin racionalizas que ya no eres un adolescente sino que ya eres un adulto joven. Obvio que recuerdo lo más importante de esa época, pero como me hubiese gustado haber conservado las palabras que use en ese entonces.

Sé que ellos, los que me quedan y el que comencé cuando llegue aquí, serán una fuente de ideas eternas para mis proyectos futuros, como también recordatorios de lo que queda por hacer, pero también de lo que ya he hecho, que a veces se me olvida.

Lo que puedo decir del primer diario, ese del bachillerato, a ratos siento que leo a la ingenuidad pura (vaya que sí lo era!), con sus desatinos y comiendo flores, muy de explorador que todavía se esconde tras la maleza esperando una oportunidad. El segundo, que fue durante mis primeros veinte y tantos, refleja a ese explorador que ya se atreve a salir al descampado, pero sin idea clara de qué camino tomar. Cuanto quisiera susurrarles a ambas versiones de mi "epa, tranquilo, no te lo tomes tan a pecho, si puedes!" o "ni se te ocurra enamorarte de ese loco", y así.

Nunca es tarde para llevar un diario, sea a mano o en digital, ambos tienen su encanto; eso sí, luego no se sorprendan con lo que puedan encontrar ante sus ojos.

11.4.1995 (fragmento)

2002 (fragmento)


J.

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lunes, 10 de marzo de 2014

 

Horizontes

Horizontes (lo dibuje en el 2000)

Sigo llevando exceso de equipaje en el espíritu, parece tarea de nunca acabar el tener que organizar el desastre antiguo, ese que se deja para mañana. Me he lanzado al vacío un par de veces, no ha sido suficiente ni lo será, todavía hay piezas faltantes.

Cuando niño (no pediré disculpas por hacer tantas referencias a mi niñez, época dorada), soñaba ser muchas cosas que, aunque ahora soy, todavía son invisibles, intangibles, incluso para mí. No me prepare para pintar, ni volar, ni dibujar mapas, ni crear historias, ni diseñar edificios; en cambio, me prepare para algo "temporal" que me dio herramientas, sí, pero para los motores erróneos.

Llegan momentos donde debes decidir qué hacer para que el conjuro de invisibilidad se acabe, ir derrumbando poco a poco las paredes de ese laberinto labrado a pulso de temores. No es suficiente pronunciar el verbo, necesitas escuchar los ladrillos caer, explotar, para poder creer (te).

Entonces te das cuenta que las fundaciones de ese laberinto eres tú, necesitas derrumbarte, abrirte en canal, desmoronarte..., tienes (tengo) miedo de los (mis propios) miedos. 

Con el miedo en ambos lados de la ecuación, debería ser fácil anularse, al parecer.

Ya no hay que esperar que la lancha se divise en el horizonte, habrá que nadar, así el agua este fría. Eso si, sabiendo a donde quieres llegar.

J.

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domingo, 9 de marzo de 2014

 

Problemas de Primer Mundo


Anoche fui a un Stand-up Comedy durante el actual Adelaide Fringe Festival, durante el cual Iván (el comediante) en una de sus bromas hace referencia a una realidad que parece sencilla, decía que se sentía feliz de vivir en un país como Australia porque podía conocer a personas vegetarianas y veganas, quienes a su juicio son personas que siguen esa dieta por decisión propia, mientras que en Latinoamérica, específicamente Venezuela, "uno come lo que consigue en el súper" y ya. 

No es para criticar la dieta de unos u otros en el (mal) llamado "1er mundo" ni mucho menos, es simplemente para, usando el un humor como herramienta, explicarle al mundo que es un privilegio el escoger entre muchas opciones para hacer un simple mercado y que comer por el resto de tu vida. Muchas cosas se dan por sentado cuando naces dentro de una cultura, tanto que no las notas cuando solo las ves desde fuera. Confieso que, al poco tiempo de llegar aquí pude darme cuenta de esa "ceguera" que sufren muchos inmersos en su propia cultura y que no les pica la curiosidad en ver más allá de sus límites personales e históricos.

Nosotros, los venezolanos, a pesar de toda la crisis en que estamos inmersos desde hace más de 15 años y sabemos que la corrupción es un cáncer instalado en nuestros códigos sociales, también hemos sido víctimas de esa ceguera. No hablo de nuestras "riquezas", naturales o no, o tradiciones antiguas que aparecen la mayoría en los libros de historia y que ya casi nadie lee ni conoce, ni mucho menos el carácter "bochinchero" del que muchos se ufanan. El ser venezolano, el ser Latino, nos dota inevitablemente de unos sentimientos y capacidad de crear lazos increíbles con nuestros seres queridos, así como también la capacidad de adaptación y de aprovechar al máximo los recursos que tenemos a mano para subsistir. Sé que jamás extrañaré el extremo bullicio ni el desorden ni la rumba ni la bebedera de cania, jamás, jamás. Lo único que extraño es mi familia, mis amigos, mis sabores y mis paisajes, y eso uno se lo trae en el alma bien incrustado, y poco a poco te das cuenta que lo vas esparciendo en todo lo que haces, sin querer queriendo o realmente a propósito, se lo muestras a los habitantes locales. A veces al escuchar a algún local quejarse por los servicios, productos o políticas locales, me provoca decirles "please don't say more bullshit" y date con una piedra en los dientes, tienes el poder de elegir lo que quieres ser, como vivir, que comer, sin miedos, puedes crecer. Se los digo y me lo digo, porque ese poder lo tenemos todos, independientemente donde se viva. Como me hubiese gustado haber sentido eso estando en mi tierra, quizás mi historia habría sido un poco distinta (solo un poco, ya que los errores también ayudan a crecer).


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viernes, 7 de marzo de 2014

 

Torta de Naranja con Almendras


Si para ti, el proceso de creacion es placentero como para mi y muchos como yo, no te limitaras solo a las artes sino a cualquier proceso creativo. El cocinar deberia ser declarado parte de las artes, porque definitivamente hay que tener pasion y talento para que alguna receta quede bien, sea memorable.

Recetas que siempre me han causado curiosidad han sido las tortas, los postres. Su elaboracion en si parece un conjuro, un ritual para, de la nada, crear una fantasia que estimule las papilas y las narinas. Mi abuela  Carmen hacia tortas para vender y tambien cocinaba otras cosas, pero en definitiva las tortas siempre han sido sus creaciones mas distintivas. Aquellas coverturas de mantequilla y azucar con diversos colores, esencias y sabores..., y los moldes para darle forma, y las decoraciones..., todo su apartamento olia a vainilla y/o chocolate, y yo alli atento a todos sus procedimientos (y a los restos de masa y crema, obvio).

Como ahora esta de moda las recetas libres de gluten, una vez probe esta torta de naranjas que usa harina de Almendras en vez de la de trigo, y la verdad que fue toda una revelacion gloriosa, por lo sencilla y rapida, por ello aqui va:

Ingredientes: 
*2 naranjas (tienen que ser de las dulces y anaranjadas) 
*250 gr de azucar 
*6 huevos 
*250 gr de Harina de Almendras (no se si aplica lo mismo con la de trigo u otro tipo de harina) 
*1 cucharadita de polvo de hornear

Hierves las 2 naranjas en agua durante 2 horas (si, es la parte ladilla). Ni se te ocurra picarlas o pelarlas, es con todo y concha, semillas, todo!..., veras que luego ocurre la "magia". Dejas que se enfrien a temperatura ambiente y luego las haces pure en la batidora. Sentiras que toda la casa se impregna con ese olor. 

Aparte, mezclas los huevos con el azucar, bates eso junto con el pure. luego que hayas mezclado bien, le agregas la harina de almendras y el polvo de hornear.

Precalientas el horno a 160 grados, y luego colocas la mezcla en una tortera pequena (engrasada previamente, por supuesto) y horneas por 75 min, que es 1 hora y 1/4

Y ya, tu casa olera a naranjas todo el dia. Recien hecha parece pudin, pero luego fria es mas consistente, no levanta mucho, asi que no te asustes.

Si se atreven a hacerla, me echan el cuento. Ah!, yo esta vez la hice con Splenda, pero la receta original es con azucar.

J.

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jueves, 6 de marzo de 2014

 

La ultima carta

No la recuerdo, esa carta en papel, escrita a mano o impresa, con mensajes solo para mi. Podria revisar en mi "caja de cartas", una caja de zapatos que elegi para guardar ese tipo de tesoros, pero esa esta un poco lejos, solo a doce mil kilometros o mas desde aqui (nota mental: traerme algunas cuando vaya de visita).

El otro dia que recibi facturas de telefono y la "invitacion" del banco a sacarme una tarjeta de credito (es decir, a ponerte solito la soga al cuello), fue entonces que cai en cuenta que tengo anios sin saber lo que es escribir o recibir una carta. Ya eso no se usa, mucha gente siquiera ha enviado una en su vida. Y para que? teniendo internet puedes escribir un "imeiiil", pero la verdad es que hace anios que tampoco recibo un email que no sea publicidad, cadena o algun mensaje impersonal o grupal. Pero, una carta, asi como las de antanio, nada que ver.

Recuerdo la epoca en que, siendo un adolescente, comence a usar Internet con aquel estruendoso modem y los servidores arcaicos. Me di trancazos hasta entender como conseguir con quien hablar, a quien escribirle. Cualquier excusa era buena: algun correo para algun periodista que escribio un articulo que lei en prensa o revista que me gustase, o algun programa de television y radio. Sin embargo, viendo en retrospectiva unos anios antes de eso, recuerdo que tenia la costumbre de cartearme con una vecina, Sofia, quien se habia mudado a Caracas luego de toda una infancia compartida en tardes de bicicleta o en pandilla con el resto de chamitos de la cuadra. En las cartas nos contabamos como ibamos al final del bachillerato, como estaban nuestros respectivos vecindarios y cualquier otra cosa que se nos ocurriese. Ipostel, el servicio postal venezolano jamas ha sido ejemplar en su obrar, por lo que las cartas duraban semanas en llegar entre Caracas y Valencia. Apenas alguien en mi casa decia "Te llego correspondencia", yo sentia una emocion inexplicable en recibir un papel escrito, el que fuese dirigido a  mi lo hacia la vaina mas arrecha del mundo. Tambien tenia otra costumbre con la unica "novia" que tuve, Carla, de escribirnos cartas asi nos vieramos todos los dias en el liceo, hablaramos por telefono y pasaramos las tardes juntos. Las cartas no eran de amor nada mas, eran de "filosofadas" donde nos confesabamos lo que queriamos cada quien para su vida, nuestras angustias propias de la epoca y cualquier otra tonteria..., ah!, por supuesto, cuando me aventuraba a escribir algun poema o relato, pues se lo enviaba.

Luego con Internet no recuerdo como, llegue a contactar personas para ser PenPal, amigos por correspondencia. Recuerdo haber contactado a una chica en Cordoba (Argentina) y a un chico en las islas Baleares. Eso ya era otro nivel, porque eran desconocidos, y uno por defecto refleja en esas cartas lo mejor de si, lo que desea que la gente conozca. Fue interesante mientras duro, pero al final fue una practica pasajera. Obviamente que las redes sociales y los Smartphones joden la cuestion, todo es un mensaje breve, un emoticon. Si, es divertido, pero no es lo suficientemente magico.

Intente hacerlo por medio del correo electronico, con algunos amigos; fue algo que duro algunos anios a manera esporadica, pero entonces llego Facebook y Whatsapp y listo, murio el amor.

Cuando recibes una carta de un amigo o un familiar, es como recibir parte de esa persona, el tiempo que le dedico a escribir la carta, sus errores ortograficos o gramaticales, la tinta que uso para escribirla, el sobre, etc., todo es parte del mensaje. Y si la carta viene acompanada con alguna foto, postal o cualquier detallito, el alma de la carta explota en tu cabeza y vuelas.

Debe ser porque conozco el poder de la palabra escrita que me encanta eso, el ritual de la correspondencia, de crear algo unico e irrepetible para que lo reciba otra persona y lo conserve (y que el estimulo sea suficiente para que te responda, claro). Diran "bueno pero si quieres recibir algo, quizas debas tu enviar primero", y ese es el problema, que soy yo siempre el que empieza esa clase de cosas, pareciera que nadie tiene esa iniciativa. Si googleas "PenPal" encontraras sitios web dedicados a reunir personas que gustan de eso, la cuestion es hacer un buen match. Y no se si es porque soy latino, pero la idea de compartir mi direccion postal con un extranio todavia no me es facil. Quizas me abra un apartado postal, no se.

Te escribo una carta?, Me escribes una tu primero?, de que hablariamos?..., dejame lanzar los dados al azar a ver que sale. ;-)

J.

*tres de veintiuno*

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miércoles, 5 de marzo de 2014

 

Moving Stars




Era una noche de suelo luminoso pero con una negrura celestial, se sentía el salitre navegando el aire de forma tenue, como queriendo pasar desapercibido. Entonces mis pies estaban descalzos, era tierra arcillosa, entre naranja y ocre, de pisada pastosa; creo haber estado acompañado, sentía gente a mí alrededor, hablaban algo que yo entendía pero no recuerdo, al menos en palabras precisas. Bajamos una suave pendiente, habían mujeres jóvenes jugando juegos de niños a la ribera de ese cuerpo acuoso que, por alguna razón, mi mente identifico como el Lago de Maracaibo, cerca del puente; pero, ese cielo, ese cielo lo hacia todo irreal, lo veía sin verlo, sentía su mirar pesado sobre mis entrañas, cual niño castigado no deseaba subir la mirada, no todavía.
Quise jugar ese juego infantil con ellas, también habían chicos. Todo el grupo era familiar a mi alma aunque no les reconociese físicamente, era como ver una película ya empezada donde yo era una de las estrellas.

Corríamos, sudábamos frio, frio de niños que juegan en el parque durante una noche, en un parque infantil de algún sitio donde se celebra una boda o unos quince años. El espíritu se sentía libre, sin cicatrices todavía, sin necedades y laberintos.

Y entonces la curiosidad terminó por tentarme, susurro tibio..., "anda, mira hacia arriba..."

Vi aquel cielo de mi niñez, tendría yo 7 años cuando pase unos días en Paraguaná, cuando presencie aquella noche clavada en el techo de mi vida, negra pura, con estrellas desparramadas por todos los ángulos posibles, era verle las vísceras a la Vía Láctea.

Esta noche, la de este sueño, era muy parecida, pero entonces las estrellas, algunas, decidieron moverse. Pensé primero "son fugaces" y ya, pero entonces las acompañó una coreografía geométrica a un ritmo inaudible, pero que significaba algo, algo..., que supe sin saber ni sigo sabiendo, pero lo supe. Eran como F16, aviones de guerra en formación de desfile, de anuncio, de celebración?, no sé. Círculos, líneas curvas, caleidoscopio sin colores.

Y entonces, al ser consciente dentro de esta filigrana de gasa, de espuma pastosa, abres los ojos y te jodes, no sabes el resto de la historia, pero te queda esa cicatriz y debajo de ella, lo que habías entendido solo un micro segundo, solo uno. Vaya usted a saber!...

J.

(Fragmento de "Oniricos", proyecto en desarrollo)

*dos/veintiuno*

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martes, 4 de marzo de 2014

 

Soltar las manos


No sé qué haría sin ellas. Obvio que muchos lo logran, muy a su pesar, y agudizar sus otros medios y sentidos pero..., no, no podría. Estos días han estado algo adoloridas del trabajo físico, del constante ajetreo casi robótico, para no pensar, pero igual se termina pensando y el doble!.

No debo maltratarlas, pero soy consciente que necesitan disciplina, propósito. Que pendejo, no?, todo eso no debe ser para ellas, debe ser para el que manda, el que está en la azotea, ese que de ser una ciudad se llamaría Procastinationwood y tendría un letrero bien grande a lo largo de sus colinas. Al final tampoco es culpa del esponjoso que vive en el penthouse de mi contenedor de carne y hueso (y vísceras, sangre, sudor y demás humanidades), es el conductor, el etéreo e indescriptible. Y no es razón buscar la culpa, nunca es buen vehículo ni bandera a favor o en contra.

Igual, ellas terminan siendo la extensión del deseo, de la idea, la fuente que esculpe los verbos y versos en las mentes ajenas.

En fin, este día comenzó recibiendo en mis manos un ejemplar de un libro que había comprado hace poco (del cual hablare en otro post, debo leerlo primero). Dije que me lo trajo la cigüeña literaria porque se, es un hijo bien querido de su creador, un soñador como yo, solo que el ya comenzó a procrear. Su tapa blanda y rosada, sus ciento noventa y seis páginas, su impresión sencilla y justa, me ha enamorado. Es bello enamorarse de las ideas, de lo sublime, ese click que desabotona un suspiro y una sonrisa de eterno niño.

Y la energía, es imaginación que se disemina fractal y orgánica, corriendo por mis pasillos internos, esperando que mis manos sueltas rayen el papel.

J.

*uno/veintiuno*

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